El escenario de Belén María vibró con las escuelas de baile

 Más de mil niñas y niños bailaron sobre las tablas del Carnaval en una calurosa matinal de domingo

 Tres minicarnavaleras, salieron a nivel individual; dos lo hicieron en pareja y el resto se repartió entre los 41 grupos inscritos en el Festival Coreográfico

 De nuevo, el recinto vivió una jornada de lleno: las familias se hicieron con el patio de butacas, buena parte de las gradas y también siguieron el festival en pie, a ambos lados del patio de butacas

Las Palmas de Gran Canaria, domingo 11 de febrero de 2024.- El Festival coreográfico es la cita de la cantera del Carnaval, concretamente de la más bailonga. Las escuelas de danza y baile se inscriben para dar cuenta de coreografías y fantasías sorprendentes para las edades de sus participantes: niñas y niños de 3 a 15 años. La mañana del domingo fue para ellos, para más de mil niños. El grueso se dividió entre las 41 formaciones que se movían entre los 20 y los 40 integrantes. Además, tres pequeñas bailaron solas y un par lo hizo en pareja.

Durante 3 horas, a partir de las 11:00 horas, el recinto fue una burbuja de felicidad y alegría, la que manifestaron los pequeños al acudir emocionados al recinto, y una evidencia del orgullo de las familias que no dejaron de aplaudir a la chiquillería. El recinto vivió un nuevo lleno que arrancó con el patio de butacas completo y buena parte de las gradas, además de los que se animaron a disfrutarlo en pie, en los laterales de la platea.

Para las y los participantes todo fue una fiesta, desde verse con su grupo caracterizados para salir a escena, pasando por la algarabía de escuchar el nombre de su grupo en la más que solvente presentación de David Perdomo y Paula Morales, o al dejarse entrevistar por el reportero de Televisión Canaria, Javier López, que retransmitía en directo el acto. Y en este estado de emoción, no faltaron los gritos de ilusión al recibir el menú asignado, y es que estas pequeñas y, también, pequeños, fueron un ejemplo de lo que es vivir el Carnaval con ilusión.

Muchos ecos latinos, reguetón, rap, merengue, samba y voces como la de la mítica Celia Cruz o el mundialmente conocido Quevedo, también cánticos canarios, sus chácaras y sonidos emblemáticos, el ineludible sonido Disney, algo de swing, de rock and roll, midleys variados y música electrónica pusieron hilo musical a una matinal que se convirtió en un tributo a la alegoría de la edición: vuelos por el mundo, diseños inspirados en rincones del planeta y en las célebres carnestolendas del globo.

No hubo premios, el festival no distingue entre los mejores ataviados ni entre los diseños más brillantes, solo abre sus puertas al entusiasmo de sus participantes, niñas y niños que viven la ocasión como el más grande de los galardones.