- La candidata de Restaurante El Centro de Guayadeque, modelo profesional, confiesa que vivió la previa de la gala «con muchos nervios, porque no es lo mismo ponerse delante de las cámaras que salir a Santa Catalina, quería estar a la altura del traje»
- Kilian Betancor Falcón, diseñador de la fantasía «Bohemia», se inspiró en los trajes de las primeras reinas, «las reina míticas del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria»
Las Palmas de Gran Canaria, sábado 1 de marzo de 2025.- La gala más olímpica del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria se cerró este viernes, 28 de febrero, con la coronación de su esperada Reina. Una monarca de podio, que resultó ser Coral Gutiérrez, la representante del Restaurante El Centro de Guayadeque, que brilló con luz propia con su fantasía «Bohemia», un diseño de Kilian Betancor Falcón. A la mañana siguiente de obtener su cetro, apenas unas horas después, la Reina y su diseñador compartieron sus emociones con algo más de sosiego. Ella, viviendo su particular «cuento de Disney». Él, obteniendo una distinción que ya saboreó hace unos años en la Gala Drag Queen.
Incredulidad y felicidad han sido las emociones que Coral Gutiérrez ha expresado ante las cámaras, resaltando, eso sí, su intención de «disfrutar cada momento» de su reinado. Y subrayando el apoyo de su equipo y la especial conexión que percibió con el público en Santa Catalina. «Todavía estoy en una nube, no he despertado. Estoy muy, muy feliz. Estoy en mi cuento de Disney», apuntó.
La nueva Reina tan solo esperaba «disfrutar» de la experiencia, en la segunda ocasión en la que se presentaba. Y así lo hizo, viviendo su actuación «al máximo», tal como quiere experimentar en adelante «cada cosa que tenga que hacer. Represento a Canarias, o sea, que estoy supercontenta».
Su triunfo lo celebró «con mi equipo, saltando y brincando, soñando. Soltando las lágrimas», confesó. Y eso que antes, en escena, el viento, admitió, se lo puso «bastante difícil». Coral, en plenas tablas, se dijo «no te puedes bloquear, tienes que vivirlo y disfrutarlo: estás en tu cuento, vívelo, disfrútalo». Más tensa, cuenta, estuvo cuando se anunciaba el fallo del jurado, pero hasta entonces había logrado lo que se propuso, que no era otra cosa que «pensar en positivo».
Coral fue la última candidata en salir al escenario —la novena—, así que no tuvo mucho margen para fijarse en el paso ante el público de las demás aspirantes. Porque «estaba esperando hasta el último momento para poder ponerme el casco». Luego, comentó, sí que pudo echar un vistazo en las redes, y encontró a todas ellas «guapísimas». La Reina, de hecho, cree que «las damas me parecen preciosas todas. ¡Enhorabuena! Y también a las demás, por participar y disfrutarlo. Son todas un amor de niñas».
«Puedo hacerlo»
Ella sabe lo que han pasado, porque lo vivió en su piel. Sí, «estaba nerviosa y, sobre todo, al ser el segundo año, me daba mucho miedo el momento de antes de abrir las puertas, porque es el de los máximos nervios para mí». Pero su diseñador, Kilian, «como siempre, me agarró las manos, me miró, y pensé: puedo hacerlo. Y desde entonces he estado feliz todo el rato, porque pasara lo que pasara, lo iba a disfrutar».
Eso sí, visto con perspectiva, desde mucho antes de la gran noche, Coral ha estado «como un flan, mi equipo lo sabe». Hasta «llorando, con muchos nervios. Tenía mucho miedo de estar a la altura, mucho pánico de volverme a subir a ese escenario. La otra vez fue muy bonito, pero es que, ahora, tenía la presión de estar a la altura».
Y no es que la nueva monarca de las fiestas no tuviese aplomo. Modelo profesional, aseguró que «estoy acostumbrada a las cámaras». Pero, añadió, «no es lo mismo que subirse a ese escenario, llevar una fantasía, estar al nivel de la fantasía». Así que, ya en Santa Catalina, en su gran momento, «no vi las cámaras, yo miré al público, pensé en los espectadores. Más que pensar en mi coreografía o lo que tenía preparado, lo que hice fue improvisar, disfrutarlo».
Coral quiso dedicar su triunfo «al público que me estaba viendo, a las personas que me han estado apoyando. A mi equipo: sonrío y salgo adelante por ellos».
Un diseño de peso
Los nervios, como siempre ocurre en estos lances, no son exclusivos de la candidata. El diseñador y su equipo lo vivió, igualmente, con intensidad máxima. Convino en ello Kilian Betancor Falcón, que comenzó a montar el traje desde el miércoles, 26 de febrero, dos días ates de la gala. «Un señor traje», por cierto, de «800 o 900 kilos tranquilamente». Como aún no había llegado ninguno de sus competidores «y en este Carnaval siempre hay compañeros que sorprenden y que hacen trajes maravillosos, pues al final se vive con nervios». Claro que cuando ya vio completa su creación se dijo que «bueno, creo que a lo mejor algún premio tengo». Hoy respira «muy feliz, muy contento».
Para diseñar su «Bohemia», Betancor se inspiró, ya desde «abril o mayo», en el Folies Bergère y en la Belle Époque. Referentes «que fueron los que cogieron los primeros diseñadores de Reina en el carnaval de Las Palmas, allá por los años setenta». De hecho, «bastante gente me lo ha dicho: que cuando vio el traje les recordaba algo, y no sabían muy bien a qué». El diseñador vencedor en la gala, en síntesis, subraya que «lo que intenté fue coger toda esa inspiración de esas primeras reinas, de las reinas míticas, y hacer una nueva y renovada».
Ganador en la Drag Queen y en la Reina
Y funcionó. «Sí, la verdad que sí», admite Betancor. Ahora recuerda cómo ya desde el carnaval de 2016 diseñaba «para mi pareja, para Drag Chuchi. Bueno, sigo diseñando». Chuchi ganó en 2019, por lo que el autor de «Bohemia» cree que «soy de los pocos diseñadores que ha ganado Drag Queen y Reina». Así que está «supercontento y feliz. Estoy igual de emocionado cuando ganó Chuchi. Presentando candidatas estoy desde 2020. Este es mi quinto año. Se me ha resistido. Siempre me he quedado ahí en la Segunda Dama. Pero bueno, al final lo hemos conseguido». Y tanto.